Elizabeth González es asistente social y lleva trabajando un año como facilitadora Simapro. Con este último curso de capacitación realizado entre mayo y julio, ha asistido a dos. "A partir del primer curso, inmediatamente me di cuenta que de alguna forma esta filosofía tenía mucho que ver con mi manera de ver el tema laboral", reflexiona.
Hasta el momento, dice Elizabeth, como facilitadora le ha tocado trabajar en dos niveles: con supervisores y trabajadores. Acerca de los primeros, destaca la integración que han hecho del Simapro a su desempeño laboral. Con los trabajadores, en tanto, "se va generando un empoderamiento respecto a su función, a su potencial para producir mejoras en su trabajo desde ellos". Se produce, explica, un cambio de switch, donde "como trabajador reviso lo que puedo entregar, veo cómo lo hago de mejor forma y, a lo mejor, como consecuencia va a venir una retribución de lo que yo me merezco".
Elizabeth destaca el hecho de que se realicen diversas capacitaciones a los facilitadores. "Aun cuando tengan incluso unos contenidos similares, la experiencia es distinta porque las personas son distintas. Es muy gratificante ver gente joven interesada. Hay buen material humano. A mí me gusta mucho este doble estándar entre ser facilitador y estar, en otro momento, del lado del participante".
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