Los supervisores Álvaro Bucarey y Rafael Fuentes. |
Los tres han participado en las capacitaciones realizadas con Simapro. Y fue en este proceso que se detectó que habían desarrollado varias competencias. El liderazgo, experiencia, compromiso y lealtad con la empresa, hizo que en el Fundo Los Maitenes de Aconex en Copiapó se les propusiera tener a su cargo cuadrillas con personal de temporada. Como parte de los procesos de mejora llevados a cabo por la implementación del Simapro, la administración decidió así la entrega de incentivos monetarios para las labores de arreglo de racimos y ajuste de carga a estos tres supervisores: Gastón Vigorena, Rafael Fuentes y Álvaro Buccarey.
Para la adjudicación de estos bonos, se utilizan informes de una empresa auditora externa (Certifica). A ella se le entrega la pauta de trabajo por corte y variedad de uva, sobre la cual entrega un porcentaje de cumplimiento. Si la cuadrilla del supervisor tiene más de 90%, al supervisor se lo bonifica con $10.000 ese día. Si, por el contrario, logra menos del 90% , se le van restando $5.000 a la suma total. "De esta forma nos sentimos más motivados a seguir haciendo bien las cosas. Ya no sólo es el realizar bien el trabajo, que es parte de nuestras obligaciones por contrato, sino que sentimos que nuestro compromiso es reconocido económicamente", dice Rafael Fuentes. Esta medida, agrega Álvaro Bucarey, "habla de una preocupación por nosotros. Los temporeros ganan más dinero en promedio que un supervisor y eso, de cierta forma, a uno lo hace pensar en volver a trabajar en terreno".
Gracias a esta medida, se pueden superar los $200 mil en bonos. Por eso, ambos sacan cuentas alegres. Y es que realizan un trabajo bastante complejo. "La presión que hay sobre nosotros en este puesto es alta. Hay que cumplir con los jefes y, más encima, hacer que las personas a cargo hagan bien la pega, mantener un buen ambiente laboral, cooperativo como se inculca acá en el fundo. Hay que hacer además de jefe, a veces amigo, sicólogo, estar pendiente de cómo están anímicamente. Estar al medio, entre la jefatura y los trabajadores no es fácil, es la parte más cansadora", explica Bucarey.
Ambos opinan que este incentivo podría hacerse también en las labores de cosecha, aunque no esté la empresa certificadora. "Pensamos que se podría buscar la forma de hacer esas mediciones con alguien del fundo para economizarse ese dinero y no perder la forma de trabajar", agregan. Sin embargo, proponen algunas mejoras como entregar sectores a cargo de cada supervisor. Por ejemplo, a cada uno se le podría dar dos cortes de Queen, tres de Thompson y tres de Red Globe. "Así nos haríamos responsables en todos los aspectos que están involucrados en el desarrollo del parrón, estaríamos más pendientes de todo lo que ocurre y por ahí se pueden entregar bonificaciones por cumplimiento de metas", justifica Rafael Fuentes.
Ambos supervisores agradecen la iniciativa de la administración. "Uno se siente bien de que le reconozcan el trabajo", afirma Fuentes. A lo que Bucarey agrega: "Para nosotros es importante que al fundo le vaya bien. Es nuestra fuente de trabajo y, si eso es reconocido monetariamente, se agradece enormemente, uno trabaja más contento. Ojalá se siga aplicando en las demás labores. Al final todos ganamos".
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