¿Cómo fue el funcionamiento de los tres grupos?
Muy bueno. Hubo gran disposición de la gente a abrirse a la herramienta, que no es fácil a la primera, porque su forma de aplicación significa un cambio en la cultura en cómo entendemos la organización y cómo entendemos la productividad. Hubo un resultado muy favorable en cuanto al aprendizaje logrado por las personas.
¿Cuál podría decir que es la particularidad del proceso del Simapro en Chile?
Hasta ahora el Simapro ha correpondido a iniciativas de empresas tipo Interfases u otras organizaciones de formación técnica profesional. Al final de cuentas, está concentrado en un equipo pequeño de personas. Ahora estamos dando un salto a la expansión de Simapro, formando una red de consultores.
¿Se está viviendo algún otro proceso similar en otros países?
Simultáneamente a lo que está ocurriendo en Chile, lo estamos haciendo en México para empresas pymes. De esta forma, tenemos dos experiencias en paralelo que están buscando la expansión del Simapro a través de la multiplicación de consultores capacitados, formados en la herramienta. Eso es algo histórico en cuanto al salto que estamos dando en este momento en la implementación del modelo.
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