Actualmente, en Chile hay experiencias de aplicación de Simapro en los sectores industriales, de salud y minería. En México, Simapro se ha utilizado también en producción de azúcar, turismo, autopartes y desarrollo pyme. "Ésta es una metodología que se puede implementar en cualquier industria y en cualquier tamaño de empresa. Por lo tanto, el desafío nuestro es cómo en conjunto trabajamos para que esto efectivamente se potencie. Porque, en definitiva, es un ganar-ganar", dice López.
En Chile, su implementación ha ayudado a los productores y exportadores de fruta a mejorar su productividad, en un contexto de baja del precio del dólar, alza de los insumos energéticos y puesta en marcha de mayores exigencias de mercado como las huellas del agua y del carbono para ciertos productos.
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