15/4/10

Cómo llegó el Simapro a Chile

Fue en 2007 que Leonard Mertens, asesor de la OIT y principal impulsor de Simapro en América Latina, le extendió una invitación al Otec Interfases para conocer esta metodología en México, donde ya llevaba buenos resultados por diez años en la industria azucarera.

Al buscar en qué sector de la economía nacional se podría aplicar, Interfases se encontró con AGROCAP (OTIC de Asoex), que venía desarrollando varias acciones para mejorar la productividad de la mano de obra agrícola: había capacitado a cerca de ochenta mil personas, desarrollado un conjunto de estándares de competencias con Fundación Chile y certificado a más de seis mil trabajadores frutícolas.

Simapro les daba la oportunidad a Asoex y AGROCAP de involucrar a los trabajadores en los procesos productivos y así realizar mejoras a partir de sus apreciaciones. Interfases, entonces, realizó la adaptación de la experiencia mexicana a los estándares nacionales y la traducción formativa de los perfiles ocupacionales realizados por Fundación Chile y Sence. El proyecto fue patrocinado por la OIT, Asoex y AGROCAP, y financiado por InnovaChile y el Programa de becas sociales de AGROCAP ( Recursos proveniente de la Ley SENCE). Así nacía el Proyecto Competencias para Mejorar la Productividad y Calidad del Sector Frutícola, encarnado en Simapro.

En 2007 se eligió a las empresas Del Monte y Agricolas Cruz del Sur para realizar una experiencia exploratoria: la primera por ser una de las mayores del mundo en el rubro de la fruta fresca, y la segunda por representar a las empresas nacionales de tamaño medio. Se demostró que Simapro se podía aplicar en la industria frutícola y, luego de algunos ajustes, se hizo un plan piloto en diez instalaciones en 2008.

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